jueves, 1 de julio de 2010

Iconoclasta


Tus pechos son las montañas que guian mi travesia.
Lo que daria por vivir una eternidad ahi.
Pero debo bajar.
Recorrerte en tramos.
Deslizarme entre tus praderas y llegar al rio.
Un torrente de agua dulce y mansa.
En eso mi mente descansa.
Y me cuerpo colpasa en un temblor estridente.
Lo que siente este Hombre no hay quien lo quite.
Ni los buitres, chacales o gusanos.
Esos enanos tarados.
Anulados en su cumpleaños.
Los mediocres hace daños.
Vos, mi oasis territorial
Yo, el anormal funcional.
Dicha risa me excita
Dame mas.
Mi cuerpo la necesita.

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